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Sufrí Ansiedad y aprendí a controlarla

La Ansiedad se ha convertido en mucho más que un trastorno o una etiqueta diagnóstica; cada vez podemos ver más personas inmersas en un ritmo acelerado donde los síntomas de pre–ocupación y anticipación se naturalizan. Ritmos donde el estrés y la angustia se han convertido en la normalidad en la que nos movemos en las dinámicas personales, laborales y sociales y en muchas ocasiones no solo llegamos a percibir el daño colateral de vivir a este ritmo, sino hasta que la sintomatología nos desborda.

Soy terapeuta holística, especialista en el manejo de pacientes con ansiedad y formada en terapias complementarias derivadas de las medicinas ancestrales orientales y en técnicas adaptadas desde este enfoque para occidente como lo son el Mindfulness o la práctica de atención plena.

En resonancia con mi propósito me formé en Psicología clínica; con énfasis teórico basado en la psicología profunda propuesta por Carl Gustav Jung la cual abre la posibilidad de articularse con la medicina del alma o de la consciencia. Y en coherencia con mi inquietud, más allá de lo académico y el intelecto, empecé la formación en técnicas de curación basadas en la visión integral de cuerpo, mente y consciencia para mantener la salud y alcanzar el equilibrio.

La terapia holística realiza un abordaje integral a la necesidad de un consultante, es ideal para identificar los aspectos por sanar que pueden estar representados en síntomas a nivel físico, mental, emocional o energético, favorece en el paciente la toma de consciencia y el aprender a autorregularse y enfocarse; aspectos fundamentales en el manejo de la ansiedad y su manifestación.

Mi acercamiento e interés por el trastorno de ansiedad y su manejo van mucho más allá de mi formación académica y complementaria; surge de mi experiencia directa con ella como paciente y de que he procurado ser una persona consciente de mi humanidad y en búsqueda constante de procesos que favorezcan mi expansión de consciencia y desarrollo psicoespiritual.

“Hace 20 años pasé por uno de los momentos más difíciles de mi vida y esto me llevó a encontrarme cara a cara con la ansiedad y con la pregunta por su sentido y significado; uno de los aprendizajes más grandes que he tenido como ser humano”.

A partir de allí, profundicé en la búsqueda de respuestas; mis preguntas eran muchas… ¿cómo me la quito? ¿Por qué a mí? ¿Esto será normal?, en fin, la interpretación de los síntomas que hacía mi sistema era que me estaba dando un infarto y sin embargo, todos los médicos y los libros decían que era la manifestación de la ansiedad a través de ataques de pánico.

Como paciente descubrí la importancia y el protagonismo que tiene en la buena evolución de los síntomas el poder comprender cómo funciona a nivel biológico, mental y emocional su manifestación y esto lo logré inicialmente con una buena psicoterapia y el manejo farmacológico de los síntomas para regular los sistemas afectados, principalmente el nervioso y el endocrino. Este manejo puede ser con medicamentos homeopáticos cuando los síntomas aún no han evolucionado mucho o con medicamento psiquiátrico cuando ya en el paciente se ve afectada su funcionalidad.

En muchos de los casos la respuesta al por qué o de dónde viene la ansiedad corresponde a la suma de varios elementos: componente genético, aprendizajes o referentes que replican la respuesta ansiosa y experiencias traumáticas que atenten contra nuestra seguridad o nos generen la percepción de no estar a salvo.

A largo plazo, las personas que tenemos un componente o tendencia ansiosa debemos entender y lograr la capacidad de autorregulación y para esto, es requisito el compromiso y el asumirse como protagonista de la recuperación y no solo como una víctima de la enfermedad. Es probable que las manifestaciones puedan hacer presencia a lo largo de nuestra vida; sin embargo, si profundizamos en nuestro proceso de autoconocimiento podremos estar atentos y si nos entrenamos en técnicas de autorregulación como la respiración consciente y factores protectores como la actividad física y la atención plena podremos ser conscientes de ella, aceptar su presencia y disminuir el ruido de su sintomatología.

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