Además de una buena experiencia es importante realizar hacer un buen trabajo clínico, es decir, hacer un procedimiento bien, ya sea una restauración, una endodoncia, una exodoncia, etc. Como clínicos se debe tener presente el principal objetivo, usar una técnica de comportamiento que es la seguridad física del paciente. La odontología en general, pero especialmente la odontopediatría tiene implicaciones físicas, por ejemplo, al paciente lo podemos lastimar, cortarlo con una pieza de alta velocidad, chuzarlo al ponerle anestesia, se puede broncoaspirar con un material extraño en boca, por eso muchas veces la técnica como objetivo pretende garantizar su seguridad. Es importante entender que los odontólogos al utilizar la técnica deseada, esta debe permitir dar buena calidad; si no se puede brindar buena calidad se debe pensar en otra. Si no se logra aislar y controlar el campo operatorio se debe buscar una técnica que lo permita.
En este sentido hay muchas técnicas, se clasifican en dos tipos:
las básicas que son todas las de comunicación: decir, mostrar y hacer; refuerzo positivo, refuerzo negativo, distracción contingente, presencia de padres, escape contingente, modelado, es decir, una variedad de técnicas comunicativas que son muy importantes y que permiten garantizar esa calidad y esa seguridad y al mismo tiempo una buena experiencia y motivación.
En ciertos casos se puede utilizar decir, mostrar y hacer, pero se puede combinar con estabilización o lo que anteriormente se llamaba restricción física que es “tener al niño” porque con una se logra comunicación con él, pero con la otra se va a garantizar que el niño no se lastime y se pueda hacer bien el procedimiento. Además de las técnicas comunicativas, hay técnicas avanzadas que normalmente las debe realizar un odontólogo especializado en odontología pediátrica y son: estabilidad protectora (restricción física), sedación intravenosa que incluso puede estar acompañada de un anestesiólogo, anestesia general que se hace en un contexto hospitalario y la sedación inhalada con óxido nitroso que es una herramienta útil que permite combinar comunicación con un manejo farmacológico del paciente para darle una mejor atención, pero con cierto grado de presión del sistema nervioso central para lograr mejor cooperación.