La radiografía periapical es la que siempre hemos tomado los endodoncistas, esta radiografía puede ser en acetato o digital (yo la prefiero digital). La radiografía digital permite que haya mucho menos radiación para el paciente, para uno como odontólogo y para todo su equipo de trabajo porque con la radiación de una periapical normal de acetato usted podría tomar 10 periapicales digitales con radiovisiógrafo. Así que es mucha menos la radiación, una reducción en el tiempo de exposición más o menos del 90%, esto nos permite estar confirmando radiográficamente si queremos confirmar la longitud, el ajuste de los conos maestros, pues podemos tomar una radiografía durante el tratamiento en el caso de que lo consideremos necesario.
La radiografía es una gran ayuda y ha sido nuestra herramienta principal durante muchos años, pero es una imagen bidimensional o plana de un objeto que es tridimensional por lo cual ahora utilizamos mucho la tomografía Cone Beam o tomografía de Haz cónico.
Esta tomografía es un examen también tridimensional que corresponde desde muy de cerca a la realidad del diente y nos va a mostrar exactamente en esa anatomía tridimensional cuántos conductos tiene, si tiene 2-3-4-5 conductos para que nosotros podamos ir a buscarlos y tratarlos todos; mientras que en la radiografía nosotros estaríamos ahí adivinando que tal vez hay 2- 3, pero durante el tratamiento tendríamos que ir a buscar algo que puede que aparezca o puede que no aparezca, por lo tanto, si en la tomografía nos dice que tenemos un conducto vamos y tratamos ese conducto y quedamos tranquilos, pero si nos dicen que tenemos cuatro (4) vamos y buscamos los 4, los tratamos y sabemos dónde están ubicados espacialmente.
Este es un examen que nos permite hacer una endodoncia mucho más predecible a largo plazo, ya que si por alguna razón dejamos un conducto omitido y solo lo hacemos con radiografía será un paciente que en un año o en menos puede volver otra vez con la misma molestia que sentía inicialmente.
