Por siglos las personas se han interesado por la odontología estética, por tener unos dientes con una buena apariencia. Si vamos un poquito más hacia nuestra época en los años 50, el doctor Charles L Pincus un odontólogo en Hollywood se le encargó realizar una especie de dientes o prótesis para los actores de Hollywood donde se vieran más blancos y más parejos, eran materiales y procedimientos de corta duración solamente para hacer una escena y enseguida se los podían retirar, pero las personas del común al ver esto se interesaron por tener una sonrisa como la tenían los actores. De ahí en adelante, otros odontólogos comenzaron a tratar pacientes con la intención de mejorar el aspecto de los dientes en cuanto al color y la forma, pero solo hasta que aparecieron los materiales adhesivos fue cuando realmente estos procedimientos pudieron ser un poco más longevos.
Hoy en día la mayoría de las personas piensan que el diseño de sonrisa es un procedimiento único donde se mejora el color o se pone los dientes más blancos, más grandes y más parejos, pero en realidad no es así, para diseñar una sonrisa es necesario analizar todos los aspectos de los dientes con el fin de que todos estos aspectos estén en armonía: dientes alineados, encías sanas, dientes completos, dientes con una buena forma o proporción y con un color agradable. Si llegamos a ese punto, muchas personas tienen sonrisas con estos aspectos, no necesitarían someterse a ningún tratamiento más, pero pacientes que tienen problemas en la posición de los dientes, problemas en las encías, dientes faltantes, comenzarían el proceso de diseño de sonrisa a partir de esas falencias y al final lo que están buscando los pacientes hoy en día, es tener los dientes más blancos, más grandes y más parejos que es donde interviene la odontología estética o la odontología cosmética.
Muchos de los pacientes simplemente llegan pidiendo un diseño de sonrisa pensando en que esto es para hacerlos más blancos y más grandes, pero no saben que antes de someterse a estos procedimientos, pueden necesitar la intervención de otros especialistas.
No podemos hacer modificaciones en los dientes de color o de forma sin olvidarnos de la función. El diseño de sonrisa es una herramienta que hoy en día ha sido mal manejada por algunos odontólogos, porque con la intención de poner dientes blancos, mucho más parejos, se olvidan de que los dientes deben estar alineados, pasar por un procedimiento de ortodoncia, se olvidan de que estos materiales deben respetar los márgenes de las encías para evitar inflamaciones o enfermedades periodontales.
El diseño de sonrisa hecho de buena forma, con todos los parámetros y todos los protocolos tiene muchos beneficios, pero si estos procedimientos son mal realizados tienen muchos perjuicios. Hoy en día, el diseño de sonrisa ha tenido mala fama precisamente porque odontólogos que no tienen las bases o no tienen los conocimientos para hacer estos procedimientos con buen fin están creando enfermedad o sonrisas demasiado falsas, a las que muchas personas les están huyendo.
Diseñar una sonrisa no solamente incluye el hacer dientes más blancos, más grandes o parejos. Muchos pacientes deberán tener procedimientos donde intervengan diferentes especialistas, si nosotros queremos modificar el tamaño de los dientes, sobre todo, no debemos olvidarnos de la parte oclusal o de la parte de la mordida.
Si un paciente tiene los dientes torcidos y nosotros intentamos maquillar los dientes con la intención de que se vea parejo, esos procedimientos van a fracasar, no van a tener buenos resultados y a corto plazo el paciente va a notar de que todo se deteriora, si un paciente tiene los dientes en mala posición hay que alinearlos porque la oclusión o la mordida es el pilar para que estos procedimientos perduren en el tiempo.
Muchos pacientes se quejan de que se les caen las carillas, que se les fractura en cuestión de días o de semanas y tal vez es porque los odontólogos no han tenido presente esta parte de la oclusión o de la mordida de cada uno.