En esta etapa cuando ya empezamos a detectar que haya algún problema funcional porque el niño viene de un proceso y aquí es importante aclarar que pueden haber niños prematuros que tienen seis (6) meses de nacido, pero como fueron prematuros no alcanzaron su proceso de maduración completa, muchos de ellos necesitaron la aplicación de un corticosteroide para lograr su maduración pulmonar y tuvieron que ser entubados, manejados en una unidad de cuidado intensivo, no tuvieron la oportunidad ni de la lactancia por pecho, sino que fue por una sonda, ni siquiera tetero, tienen un pobre desarrollo neuromuscular. Aquí ingresa y viene la importancia de usar como medida terapéutica los chupos; ya tenemos en consenso con la Sociedad de Pediatría que el chupo se puede utilizar como una medida preventiva de muerte súbita del lactante.
El hecho de que ellos tengan una pobre musculatura y nosotros usemos el chupo terapéuticamente con unas indicaciones específicas dadas por el odontopediatra para que se fortalezca este músculo, por ejemplo, no es lo mismo yo ir al gimnasio, levantar una pesa con un brazo de 10kg y con el otro de 5kg; entonces lo que vemos es que mientras mayor sea el peso, mayor va a ser el fortalecimiento muscular y si tenemos menos peso, menos estímulo va a ser más pobre ese desarrollo. Es por esto que los diferentes chupos tienen indicaciones muy precisas y podemos ayudarles ya a las mamás para que la ortopedia funcional la empecemos a hacer en casa bajo las indicaciones de su odontopediatra con los diferentes chupos y un niño que ha sido prematuro alcance y nivele con otro niño que no lo ha sido su desarrollo neuromuscular, o por el contrario un niño que haya nacido y venga de unos papás con unas características genéticas que lo hacen propenso a desarrollar una maloclusión por un maxilar que se desarrolle atrasado o que alguno de los dos padres tenga una influencia genética para el desarrollo de un maxilar adelantado o la combinación de los dos, esto va a generar un factor de riesgo de maloclusión y desde aquí aún sin dientes estos chupos podemos usarlos para empezar a estimular el cambio de posición de los maxilares a raíz de una gimnasia orofacial, todo esto bajo estricta supervisión.
Lo otro que podemos hacer y lo ideal es pasar del seno a la cuchara (ojalá no pasáramos por el biberón y si tenemos que hacerlo ya hablamos de cómo lo íbamos a hacer), es utilizar en un momento determinado el tetero cuchara, ya en el mercado también se consigue, es una herramienta, pero son cosas que nos facilitan la vida, pero una cuchara bien utilizada que tenemos todos en la casa y con un bebé que podamos tener en una silla bien manejado, en buena posición, puede ser un buen estímulo, o sea que creemos que no hay una excusa para que en este momento aparte de la paciencia y cuando uno tome la decisión de tener un hijo, de que el agite de la vida nos lleve a utilizar elementos que van en contra del crecimiento y del desarrollo del niño y esto obligue en un futuro a hacer un gasto biológico porque el niño se va a someter a un tratamiento y un gasto económico que además es costoso con una cantidad de aparatología, entonces mire usted, cómo con cosas habituales, rescatando la puericultura y la sabiduría que tenían las abuelas en la cuales no habían ni la tecnología, ni los elementos que teníamos ahora, no interrumpían el normal desarrollo y el de los maxilares.