El protocolo de atención que se ha manejado en América Latina es un protocolo basado en la curación y en la restauración, primero curamos, luego educamos para que tenga aprender o sea que hay que tener historia de enfermedad.
El odontólogo general debe prepararse y entrenarse para atender a todo tipo de pacientes de una manera universal, buscar calidad de vida. Cuando yo como ser humano decido ser odontólogo, tengo que tener muy claro que decidí ser odontólogo como un estilo de vida, no como una forma de vida, yo tengo que amar lo que hago, amar mi profesión para poder expresar eso a la sociedad y establecer de una manera igualitaria desde el estrato cero (0) hasta el estrato seis (6), de la misma manera todos somos seres humanos, tenemos derecho a calidad de vida.
Hoy en día nos hemos preocupado en las escuelas, en las facultades de odontología en formar, tenemos seminarios, no tenemos hoy en día la especialidad como tal, pero sí tenemos algunos másters que nos ayudan a una formación de salud bucodental en pacientes con discapacidad o capacidad diferente y en pacientes con compromisos sistémicos. Pero, dentro de la formación general nosotros tenemos algunos entrenamientos, lo damos en las áreas de odontopediatría generalmente, donde se causa más sensibilidad, en salud pública también se habla un poco, en manejo de pacientes con síndrome de Down, con labio y paladar hendido, pacientes con hipoacusia, pacientes con invidencia o el paciente adulto mayor y un entrenamiento también para la madre gestante, para la embarazada porque la gran mayoría de los odontólogos tenemos temor a atender estos pacientes porque las escuelas os ha formado para atender a pacientes en condiciones de normalidad. Entonces cuando está la condición de anormalidad yo voy a sentir cierto temor, mi invitación es a todos los odontólogos a prepararse, entrenarse, a buscar la manera de dar calidad de vida a cualquier tipo de paciente sin importar su condición, ni social, ni racial, ni mental. Todos tienen un derecho a tener salud bucodental.