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¿Cómo sé si tengo cáncer de cuello uterino?

El cáncer de cuello uterino es una enfermedad que afecta a un gran número de mujeres en todo el mundo. Lamentablemente, se trata de una enfermedad silenciosa y de difícil detección en sus etapas iniciales. Esto se debe a que en sus primeras fases, las células cancerosas suelen desarrollarse sin causar síntomas evidentes. A medida que el cáncer avanza, pueden aparecer síntomas como sangrado vaginal anormal, dolor pélvico o durante las relaciones sexuales, y flujo vaginal con olor desagradable. Sin embargo, estos síntomas suelen confundirse con otros problemas de salud menos graves, lo que retrasa el diagnóstico y el inicio del tratamiento adecuado.

Para la detección y diagnóstico temprano del cáncer de cuello uterino, existen diferentes métodos y pruebas que permiten identificar la presencia de células cancerosas en el cuello uterino. Estas formas de diagnóstico son fundamentales para garantizar un tratamiento oportuno y mejorar las probabilidades de supervivencia de las pacientes. Quédate en este artículo de Tu Salud Guía para que conozcas sobre algunas de estas herramientas de diagnóstico y aprendas a cuidar de tu salud ginecológica, promoviendo así la prevención, la detección temprana y el tratamiento oportuno de esta enfermedad.

La citología cervicouterina

Diagnosticar el cáncer de cuello uterino a tiempo es de vital importancia debido a la naturaleza progresiva de esta enfermedad. Como mencionamos, en sus etapas iniciales, el cáncer de cuello uterino por lo general no presenta síntomas evidentes, lo que dificulta su detección temprana. Sin embargo, mediante los métodos de diagnóstico adecuados, es posible identificar alteraciones celulares y lesiones pre cancerosas antes de que se conviertan en tumores malignos. 

Las mujeres cuentan con dos maneras de darse cuenta si tienen o no cáncer de cuello uterino: a través de citología cervicouterina o el tamizaje del virus del papiloma humano.

La citología cervicouterina, también conocida como prueba de Papanicolaou o Pap, es un estudio que se realiza en ginecología para detectar cambios celulares anormales en el cuello uterino. El procedimiento consiste en tomar una muestra de células del cuello uterino mediante un hisopo o cepillo suave. Estas células se envían al laboratorio para su análisis bajo el microscopio.

La prueba de citología cervicouterina está indicada en mujeres menores de 25 años de forma obligatoria solo si cumplen con cualquiera de estos tres factores de riesgo.

  • Inicio de la vida sexual antes de los quince años. 
  • Si cuentan con más de una pareja sexual activa 
  • Si tienes más de tres hijos, 

Si eres mayor de 25 años así no tengas factores de riesgo debes hacerte la citología convencional hasta los 29 años de edad, la citología convencional se hace con la frecuencia 1-3-3: Se hace una primera muestra, luego a los tres años y la última a los tres años.

La citología cervicouterina es un examen importante en la prevención y detección temprana del cáncer de cuello uterino. Permite identificar células anormales que podrían indicar la presencia de lesiones precancerosas o cancerosas. Es recomendable que las mujeres se realicen esta prueba regularmente, siguiendo las indicaciones médicas, como parte de su cuidado de salud ginecológica y preventiva.

Prueba de tamizaje del VPH

Por otro lado, está la prueba tamizaje del virus del papiloma humano. Aunque estas pruebas tienen el mismo método para tomar la muestra, existen diferencias significativas. La citología cervicouterina, que es la convencional, nos dice si existe presencia del virus de papiloma humano, pero no especifica cuál es el serotipo, de entre alrededor de cien serotipos que varían como se desarrolla la enfermedad. 

Para el caso del tamizaje del virus de papiloma humano, es una prueba que sí especifica qué grupo de serotipos se presentan en el momento, lo que quiere decir que se hará una intervención y un manejo mucho más oportuno de la enfermedad.

Para el caso de las mujeres mayores de 30 años, es necesario hacerse el tamizaje del virus del papiloma humano,  La frecuencia con la que se hace esta prueba es cada cinco años, desde los 30 años hasta los 65 años de edad. Después de los 65 años de edad, disminuye la prevalencia que hace referencia al número de casos del cáncer de cuello uterino, es decir, que es menos probable que exista esta enfermedad. 

Promovamos la prevención

Se hace fundamental promover la educación y concientización sobre la importancia de realizar exámenes de detección periódicos, como el Papanicolaou y la prueba del virus del papiloma humano (VPH), que permiten detectar alteraciones celulares y lesiones precancerosas antes de que se conviertan en cáncer invasivo. Además, es esencial fomentar la comunicación abierta y regular con los profesionales de la salud, quienes pueden proporcionar información valiosa sobre los factores de riesgo, los signos de alarma y los métodos de detección disponibles.

A pesar de los desafíos que presenta la detección temprana del cáncer de cuello uterino, es importante recordar que el conocimiento y la acción pueden marcar la diferencia en la vida de las mujeres. Alentemos a todas las mujeres a cuidar de su salud ginecológica y a buscar atención médica regularmente, promoviendo así la prevención, la detección temprana y el tratamiento oportuno de esta enfermedad.

Un diagnóstico temprano aumenta las posibilidades de tratamiento exitoso y reduce la progresión de la enfermedad, salvando vidas y mejorando la calidad de vida de las mujeres afectadas.

Te invitamos a ver el video que realizamos con Erika Quimbayo hablando sobre este tema, no te lo pierdas.

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