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Ansiedad y miedo, más comunes de lo que crees

Ansiedad y miedo, más comunes de lo que crees El miedo, la incertidumbre, el enojo y la tristeza son sentimientos comunes que a todos nos aparecen en algún momento y que en situaciones de incertidumbre como las que estamos viviendo actualmente, es común que aparezcan.Es normal también que se empiece a pelear con eso que aparece y en lugar de generar bienestar, lo que se está haciendo es incrementar la posibilidad de que esas emociones se hagan más fuertes, generen daño o la posibilidad incluso de detonar una enfermedad mental. Es importante partir de algunos elementos que pueden ayudar a relacionarse de una manera distinta con emociones que han sido socialmente tan rechazadas y que son tan naturales en la vida del ser humano.

Cuando se habla de ansiedad, hablamos de una ansiedad que es necesaria, que  lleva a la acción, a prepararse y cuidarse, por ejemplo, “si se tiene un examen mañana y no experimento algún nivel de ansiedad, lo más probable es que no me prepare para ese examen, pero si me siento un poco activado frente a esa situación que voy a enfrentar, estudio, me preparo y eso me va a llevar más segura al lugar o la situación que necesito enfrentar”.Cuando la ansiedad se convierte en una preocupación, en un nivel de intranquilidad que impide tener una vida tranquila es cuando puedo identificar que algo está pasando y que debo prestar atención. En otros escenarios se habla también de la ansiedad como un miedo irracional y que incluso la persona puede llegar a identificar que es irracional, sin embargo, no logra contenerlo o parar esos pensamientos que le hacen activar mucho más esos niveles de ansiedad, es allí cuando se habla de un problema de ansiedad. La ansiedad aparece acompañada generalmente de imaginarios catastróficos, “si hago algo, va a pasar otra cosa y después de que eso pase, va a venir lo siguiente” Ahora que estamos con el tema de la cuarentena y del virus, “entonces si yo salgo me voy a contagiar y si me contagio me van a llevar a la clínica, si me llevan a la clínica y no hay respiradores disponibles, me voy a morir y si me muero entonces mis hijos se van a quedar solos”. Se le va dando mucha importancia a todos esos pensamientos y cuando menos pienso estoy viviendo como si esa situación fuera real y empiezo a experimentar situaciones físicas como el incremento en los niveles del ritmo de la respiración, sudoración, ganas de salir corriendo o incluso pensamientos de que me voy a morir en ese momento; técnicamente lo llamamos como un ataque de pánico y es por eso que en el trabajo de ansiedad a lo que más atención se le presta es al monitoreo de los pensamientos y de la respiración.  ¿Cuáles son las señales de alarma para saber que la ansiedad puede jugar una mala pasada?–     Cuando se empieza a sentirse abrumado frente a una situación.-     Cuando se experimenta dificultad para pensar, resolver un problema, tomar decisiones. Cotidianamente podemos hablar, de qué se siente cuando se está ansioso es que una situación que antes era simple, ahora se convierte en un mundo imposible de resolver.-     Sentirse agitado, irritable, inquieto, horrorizado para tomar cualquier acción simple.-     Sentirse tenso o parecerlo la mayor parte del tiempo-     Preocupación sobre la posibilidad de perder el control.-     La sensación de que algo muy malo va a ocurrir, físicamente puede aparecer temblor, estremecimiento, dolores de cabeza con la sensación de mucha tensión, momentos de enojo o mal humor con otras personas, pero con la idea de que me quieren enloquecer y que todos me hablan, me exigen y probablemente es algo que solo ocurre en el pensamiento.-     Dificultad para sobrellevar el cansancio, el dolor, pueden aparecer náuseas, el pensamiento de que me voy a morir o que me va a dar un infarto.-     Dificultad para dormir o para tener un sueño reparador. Es importante decir que, ante estas señales, por ejemplo, la mayoría de los pacientes que lleva al tope sus niveles de ansiedad, experimentan un ataque de pánico y generalmente estas personas llegan al servicio de urgencias con la idea de que están teniendo un infarto. Allí es donde el tema, de abordar la ansiedad a través del monitoreo de los pensamientos y la fuerza que se les da a ellos es un tema fundamental. ¿Qué puedo hacer cuando me siento muy ansioso?Lo primero es reconocer que el miedo es una emoción normal y eso me va a permitir conversar sobre ese sentimiento o ese temor que tengo, con otras personas que puedan darse cuenta que me siento triste, asustado, frustrado, tensionado, con mucho nivel de exigencia de parte del exterior o una exigencia propia. Muchas veces la ansiedad se genera porque creo que yo soy responsable de controlar todo lo que está a mi alrededor.Decidir junto a la familia qué cosas pueden hacer ellos también para apoyarme, no solo para enfrentar la ansiedad como tal, sino tal vez para bajarme el nivel de presión o para quitarme algunas responsabilidades que he tomado sin darme cuenta y que otros pueden asumir dentro del entorno familiar. Verificar si hay sentimientos de culpa por el solo hecho de sentirme ansioso que esto va nuevamente del nivel de exigencia; expresiones como “yo debería ser el fuerte de esta casa, el que le doy seguridad a todos y ahora estoy sintiendo miedo”. Sí, a veces tenemos derecho a ser el miembro de la familia que siente miedo. Poner atención a las ideas, a las inquietudes, a las creencias sobre lo que está pasando en ese momento específico de la vida, hablar a cerca de ello y también lo que estoy anticipando, es muy usual que, si yo tengo un componente de ansiedad, esté pensando siempre que todo lo que va a pasar es negativo, es miedoso, es catastrófico o va a llevar a algo que nosotros no podemos manejar. La meditación y cualquier otra actividad que implique el manejo de la respiración es fundamental para una persona que vive situaciones de ansiedad, las técnicas de relajación, el yoga, la natación, van a ayudar para enfrentar esta situación. El cuidado de algunos alimentos también es importante; las bebidas negras, la cafeína, el té, las bebidas energizantes pueden empeorar los niveles de ansiedad.Es fundamental la observación de los pensamientos, son ellos los que generan esta activación o anticipación de algo catastrófico que inicialmente solo existe en mi mente, que, por supuesto es una probabilidad que algo horrible pase ante cualquier situación porque no tenemos el control, sin embargo, en ese momento mi cuerpo está reaccionando ante algo que únicamente es probable, que aún no ha ocurrido. ¿Qué puedo hacer si tengo cerca una persona que se observa ansiosa?Lo primero es invitar con amabilidad a la persona a hablar sobre sus miedos, validar esa sensación que está experimentando en ese momento, no hacer el esfuerzo por sacarlo de ahí y/o por minimizar la situación que lo esté haciendo sentir ansioso.- Hablarle y no pedir explicaciones o hacer cuestionamientos. Es muy usual que nosotros ante la angustia de ver al otro angustiado empecemos a preguntarle, ¿por qué estás así? ¿por qué tienes tanto miedo si es una cosa que es sencilla? Generalmente nosotros no sabemos explicar por qué nos sentimos como nos sentimos.Ante la presión del otro, nos sentimos juzgados o tratamos de buscar explicaciones, pero eso no nos ayuda tanto, simplemente escuche y permita un espacio de palabra para el otro. – No trate de obligar al otro de hablar antes de que se sienta listo para hacerlo, pues eso lo que puede hacer, es que antes de ayudarlo genere un mayor nivel de presión. Escuche detenidamente sin juzgar los sentimientos del otro, sin tratar de cambiarlo o de darle una solución. A veces cuando estamos afuera es muy fácil decir al otro qué hacer, sin embargo, el otro en el momento de la angustia no logra utilizar esos recursos que incluso él ve como viables, pero no le da la capacidad para hacer uso de ellos. – Hable con el otro para decidir qué pueden hacer juntos, para brindarse un apoyo mutuo, qué cosas se pueden dejar para después, qué cosas se pueden dejar bajo la responsabilidad de otros también. – Si la ansiedad es muy intensa, la posibilidad de razonar en ese momento es casi nula para el paciente; simplemente acompañe, puede ser con la guía de la respiración, esta es una muy buena forma de estar con alguien que se pueda sentir muy ansioso. Si definitivamente esas formas no resultan útiles, se debe buscar ayuda profesional donde puede estar involucrada la psicoterapia en algunas ocasiones y cuando no es suficiente, se busca la ayuda de la psiquiatría o incluso de otras formas de medicamentos que puedan ayudar, pero siempre de la mano de un profesional.

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