La anestesia en realidad es muy cómoda. Nosotros siempre utilizamos una anestesia tópica, en gel o en spray antes de empezar a aplicar la anestesia inyectada, sin embargo, tratamos de que sea lo más confortable posible para el paciente.
La anestesia puede ser infiltrativa o bloqueos regionales, a esta no hay que tenerle miedo, la gente es muy prudente con la anestesia, generalmente los estudiantes y los odontólogos son muy prudentes y evitar ponerla. Pero si tú si le preguntas a un anestesiólogo, el éxito de los bloqueos regionales en gran parte se debe al volumen, es decir, hay que poner buen volumen de anestesia y ese volumen se calcula según el peso del paciente, hay que tener clara esa fórmula (que la encuentran muy fácil en los libros y en internet) de cuánta anestesia puede recibir un paciente según su peso y que eso les dé tranquilidad para trabajar.
Buscamos generalmente en el maxilar superior con la infiltración es suficiente para lograr la anestesia; en la mandíbula hay mucha más inervación accesoria, no solamente viene inervación del nervio mandibular, sino que también viene información sensitiva desde el mentoniano, desde fibras del milohioideo que se insertan en la mandíbula, de muchas partes; así que anestesiar un molar inferior es más difícil que un molar superior, por lo tanto, hay que hacer bloqueos regionales, infiltraciones y a veces hay que ayudarse de más cosas, por ejemplo, como las técnicas accesorias de anestesia, la anestesia intraligamentaria (esta requiere una jeringa especial porque es una técnica que necesita mucha presión y con la jeringa carpule es muy difícil lograr, también requiere unas agujas especiales, pero es una técnica que nos complementan muy bien cuando las convencionales no surten los resultados esperados).
Es importante considerar el tiempo, la anestesia requiere un tiempo para empezar a actuar. Solamente para que inicie la sensación, en el caso de la lidocaína que es la que más utilizamos, entre 4 y 5 minutos es apenas el inicio del efecto anestésico, hay que anestesiar y esperar un tiempo suficiente a que empiece a hacer efecto y no solo esto (porque ella empieza a hacer efecto en los tejidos blandos) sino que se llegue el momento del efecto pulpar que haga efecto en la pulpa para poder empezar a tratar.
Los odontólogos somos muy dados a tener mucho afán para empezar, entonces anestesiamos y básicamente estamos bajando la jeringa y tomando la pieza de mano y empezando y el paciente todavía no ha logrado la anestesia pulpar, así que hay que darle un tiempo a que haga el efecto y no que el paciente empiece a sentir el efecto de la anestesia cuando está en el ascensor o cuando está en el carro, que sienta el efecto para cuando vamos a trabajar en la cita. Es buena idea anestesiar ya cuando el paciente tiene claro qué se va a hacer, cuando ha firmado el consentimiento y ponerse a llenar los datos en la historia o hacer otra cosa que hay que adelantar para el procedimiento y darle tiempo a que haga efecto y no quedarse simplemente esperando porque van a sentir que están perdiendo el tiempo, pero sí hacer otra cosa mientras va haciendo efecto y luego empezar.
Gran parte de los fracasos anestésicos han sido por la impaciencia del operador que quiere empezar a trabajar rápido, por la prisa.