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VIH/SIDA y la academia en odontología

Es cierto que desde la Academia todos los odontólogos nos inculcan valores o principios éticos para ejercer la profesión, sin embrago, hay que tener en cuenta algo, un ejemplo con un odontólogo que lleve 10 años de experiencia profesional; el odontólogo no sabe de todos los miles de pacientes que ha atendido cuántos están infectados por dos razones fundamentales: la primera, porque el paciente desconozca su situación o  la segunda porque el paciente aun conociendo su situación no la relata en una historia clínica, no la informa por varios motivos: miedo a la discriminación, miedo a que la atención sea diferente, miedo al rechazo; esa falta de información de cómo es la práctica odontológica de un paciente VIH positivo, el paciente que está sentado en la silla odontológica es un paciente al que se le debe hacer los mejores tratos.

La Academia también debe invitar y no reducir estas infecciones solamente al ámbito estológico, ni al ámbito de las lesiones sino mancomunadamente trabajar con los componentes sociales, con los componentes humanos que tienen todos los pénsum para ver cómo se puede mejorar y cómo se puede ser un profesional más integral en la atención, independientemente de las enfermedades o infecciones de base que tenga el paciente a atender.

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