La alimentación que le das a los los niños incide de una forma impresionante en el desarrollo maxilofacial del bebé. ¿Por qué? porque en la medida en que tú puedas ir cambiando gradualmente la textura de los alimentos que le vas ofreciendo, él tiene la posibilidad de ir desarrollando toda esa capacidad masticatoria para que funcione bien posteriormente, pero además la capacidad de deglusión, una sincronía en la respiración adecuada, la posibilidad de una succión, esto hace que todos los músculos maxilares y las articulaciones de desarrollen de manera adecuada y evita problemas de oclusión posteriores o de mala mordida o inclusive compromisos en el desarrollo del lenguaje propio del bebé. Además, esto tiene una influencia muy marcada en la parte nutricional porque hay bebés que se pueden desnutrir por la calidad y la textura de la alimentación que le ofrecemos.
Hay mamás que le siguen dando al bebé inclusive al año una textura líquida y esto hace que haya un compromiso nutricional muy severo, porque uno nunca logra dar con líquidos la misma cantidad de nutrientes o la misma cantidad de calorías, por ejemplo, que se logra cuando el alimento está sólido, por eso es tan importante que la mamá tenga claro que al año de vida, el bebé ya debe tener la posibilidad de consumir todo tipo de alimentos incluso, si es el momento, de introducirle por ejemplo huevos, pescado, algunos alimentos cítricos que se han dejado justamente para ese momento para evitar otros tipos de problemas como alergias en los bebés.
