La alimentación ideal para los bebés es la leche materna, no solo porque favorece la impronta filial, que es esa relación vincular tan bonita que se establece entre el bebé y la mamá, si no porque favorece todo el desarrollo masticatorio, la capacidad de deglución, la capacidad respiratoria y la sincronía entre la deglución y la respiración en el bebé.
Cuando un bebé recibe alimentación al seno, el bebé tiene la posibilidad de desarrollar todos los músculos y las articulaciones al rededor del área de la boca, lo que hace que él más adelante pueda tener una capacidad masticatoria mucho mejor o un desarrollo que le permita una alimentación mucho más saludable.
Además, cuando el bebé recibe leche materna también recibe inmunoglobulinas, que favorecen toda la respuesta inmunológica, para él poderse defender de enfermedades y agentes externos