No necesariamente, porque la fragilidad del diente está más dada por el tamaño de la cavidad coronal o de la caries coronal que tiene, si el diente ya viene con una restauración, por ejemplo, clase II o clase III es un diente que ya viene muy frágil, diferente al diente que viene completamente sano y de pronto requiere tratamiento por trauma porque se necrosó por trauma.
Cuando la cavidad es clase I y es una clase I conservadora, la diferencia en la resistencia del diente no es estadísticamente significativa según los estudios, es decir, el diente queda prácticamente igual a como estaba estructuralmente en cuanto a resistencia, pierde un poco de humedad inferior al 5%, humedad que le provee a la pulpa porque el resto de la humedad se la provee la cavidad oral y los tejidos periodontales; esos son como los cambios principales de un diente, pero el diente generalmente se puede fracturar inclusive sin endodoncia. Yo he visto muchos dientes fracturados sin endodoncia, pero es porque tienen cavidades coronales muy grandes o restauraciones coronales muy grandes y se fracturan y esa fractura llega hasta la raíz y hay que extraer el diente; así como he visto otros que están fracturados con endodoncia también, por eso cada vez hacemos unas endodoncias más conservadoras. Hablábamos anteriormente de la apertura (que era una apertura contraída), aperturas más pequeñas que lo que hacíamos antes y de la instrumentación que son inicialmente como una instrumentación manual con unas conicidades bajas del 2% que es la misma conicidad que tiene la lima manual tipo K y que todos hemos utilizado. Luego empezó a evolucionar a unas conicidades mayores del 4- 6 – 8% que hacían que los dientes o las raíces en sus porciones cervicales quedaran muy amplias (los conductos) lo que volvía los dientes más frágiles. Actualmente estamos volviendo a conicidades más bajas del 4-3-2% para que cuando instrumentamos los conductos con estos sistemas rotatorios, la porción cervical quede mucho más conservada, se conserve muy buena dentina cervical o pericervical y el diente tenga menos probabilidades de fracturarse.
La función principal de la pulpa es la formación del diente, es decir, formar la corona y formar la raíz. Una vez ya el diente está formado comienza a engrosar las paredes de esa raíz y de esa corona. Los dientes jóvenes inicialmente tienen cámaras y conductos muy amplios y a medida que vamos aumentando en edad, la cámara y los conductos se van volviendo más estrechos lo que quiere decir que la raíz se vuelve más gruesa y la corona se vuelve más gruesa, después que la raíz y la corona están completamente formadas y suficientemente gruesas, ya la pulpa pasa a una función secundaria que es la función sensitiva que es una función protectora como de sentir cualquier amenaza, estímulo o riesgo, pero ya cumplió su función principal.
Siempre que tenemos una afección endodóntica en un diente en desarrollo, es decir, que no ha terminado su formación radicular, a toda costa tratamos de conservar la pulpa o el nervio para que la raíz termine de formarse, termine su proceso que llamamos apexogénesis. Pero cuando ya el paciente es un adulto y hay un afección endodóntica o pulpar, generalmente optamos por la endodoncia porque ya la pulpa cumplió con su función principal que era formar el diente, ya lo que queda de esta, es la función secundaria que es muy bueno tenerla, pero simplemente cuando tiene un diente que tiene endodoncia uno sabe que debe seguir asistiendo a que le revisen periódicamente esa endodoncia porque puede iniciar una caries y no sentir nada porque no hay sensibilidad nerviosa.
A los pacientes hay que dejarles muy claro que deben acudir al seguimiento para ver si el tratamiento funcionó y que no le esté pasando nada a ese diente.