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La sexualidad y los 3 órdenes del amor

La sexualidad y los 3 órdenes del amor

Estamos hablando sobre la relación de las constelaciones familiares y la sexualidad consciente. Hoy quiero conversar con ustedes a propósito de la relación que existe entre la sexualidad y los tres órdenes del amor de Bert Hellinger.

 El primer orden del amor, es la pertenencia. La pertenencia nos dice desde las constelaciones familiares que nada, ni nadie que exista en un sistema familiar y que pertenezca puede ser excluido. Veíamos en un vídeo anterior que la sexualidad es primero; la sexualidad es la energía que nos permite venir a la vida, el encuentro de papá y mamá (no importa cómo haya sido ese encuentro, si fue en medio del romance del amor o si no lo fue), la sexualidad estuvo ahí y se impuso y gracias a esa fuerza sexual nosotros estamos aquí en este plano de la existencia desarrollando esta vida humana.

¿Qué quiere decir que la sexualidad es primero?
Que a ella no la podemos excluir y ahí estamos respetando el orden de pertenencia, es el primer orden de las constelaciones familiares, de los órdenes del amor que nos dejó el maestro Bert Hellinger. Incluir la sexualidad en nuestra cotidianidad, cultivarla, atenderla, va a ser fundamental para el bienestar individual y el de la pareja.

El segundo orden del amor es el orden de las jerarquías o el orden, como bien lo dice el orden de llegada al sistema. Aquí va a ser fundamental en la vida de pareja y en la vida de las familias que no solamente respetemos la sexualidad, la incluyamos como parte del desarrollo del ser humano, sino que también le demos el primer lugar.

La sexualidad permite que la pareja se constituya, gracias a ella los que somos amigos, dejamos de serlo y comenzamos a hacer pareja, los que son novios comienzan a ser pareja y es la sexualidad la que permite que la vida llegue.

La sexualidad requiere que la reconozcamos como la fuerza que está primero en el origen de la vida, la jerarquía. Ahí también nos va a decir qué es importante que cada uno en las etapas del desarrollo le vaya dando un lugar a la sexualidad, cómo es la sexualidad en la infancia.

Cuando estamos hablando de sexualidad consciente no estamos hablando únicamente de genitalidad, esta tiene una visión más amplia, la sexualidad nos invita a la conexión con la vida. La palabra erotismo viene de “Eros” que es el Dios de la vida en la en la cultura griega y precisamente de ahí tomamos la palabra erotismo, para hablar de la fuerza de la vida. Erotizarnos es poder conectarnos con esa fuerza de la vida alrededor de todas las formas de conectar desde la sexualidad, cuando estamos alrededor de la alegría, de un árbol, de la naturaleza, de ver un anochecer, un atardecer, un amanecer, ahí estamos erotizándonos, conectando con la vida y esa fuerza es primero, no la podemos dejar de último. Sucede mucho que cuando estamos en la vida cotidiana en estas lógicas de la producción del trabajar, trabajar y trabajar, la sexualidad no la cuidamos y comenzamos a ver los efectos del descuido de esa energía en nuestro cuerpo, en la enfermedad, en el dolor, en la neurosis, en la depresión, en la ansiedad; muchas veces, personas que llegan a mi consulta, me dicen: “Liliana, vengo porque estoy deprimida porque estoy ansioso” y cuando comenzamos a mirar son seres humanos que no le han dado el lugar que le corresponde a la sexualidad, la han dejado de última, no se han formado para poder cultivarla porque piensan que con lo que recibimos en la escuela en los cursos de educación sexual que nos dieron o muchos creen que con lo que recibieron a través de la pornografía es suficiente y resulta que ahí, lo que nos están enseñando es a pauperizar la sexualidad y a restringirla únicamente al mundo de la procreación. La sexualidad es vida, es disfrute, es conexión, darle ese primer lugar nos va a permitir estar conectados con la salud, con el bienestar, pero también estar disponibles desde ese lugar del femenino y el masculino para recibir y para dar.

El tercer orden del amor es el equilibrio entre el dar y el recibir. La sexualidad en la que nos han educado es una sexualidad que le ha dicho a las mujeres que nosotras somos pasivas frente a la sexualidad, que siempre estamos esperando que sea el hombre que se mueva para dar el primer paso frente al encuentro sexual, y a los hombres les enseñó que ellos son los activos, que siempre tienen que estar disponibles, de hecho hay muchos mitos que dicen que las mujeres no nos interesa la sexualidad, que los hombres siempre están dispuestos para el sexo y que es lo único que quieren. En la vida real nos damos cuenta que hay hombres que también están en un lugar de deseo del cuidado, que muchas veces no están disponibles y no siempre están pensando en sexo; también encontramos mujeres con mucha energía sexual que requieren del encuentro sexual, del disfrute de la vida para poder tramitar toda esta energía porque si no lo hacen, comienzan a enfermarse, de su cuerpo, de su sistema emocional y mental, así que el equilibrio entre el dar y el recibir en la sexualidad va a ser fundamental. Cómo estamos dispuestos a entregarnos a ese encuentro íntimo que comienza desde la caricia, desde la mirada, desde el beso, desde el disfrute por cada uno de los sentidos.

La sexualidad en el dar y el recibir nos convoca a recordar cada uno de nuestros cinco sentidos, cultivar la energía sexual es cuando te sientas a disfrutar de tus alimentos, ¿estás pensando en cuántas cosas?,¿estás presente? ¿estás en el aquí y en el ahora? Disfrutar de los alimentos permitir que todas tus papilas se conecten con los sabores, disfrutar de los sonidos cuando estás escuchando música, ¿realmente te puedes sumergir en los sonidos? de la naturaleza cuando te vas al campo. La práctica del baño como un acto de sexualidad de autoerotismo, ¿estás ahí en la ducha, lo haces en automático o realmente te estás dando cuenta cómo está tu cuerpo? ¿cómo está tu piel? ¿te estás consintiendo? Cuando estamos también observando, ¿cómo nos miramos? porque la sexualidad comienza con nosotros mismos, no comienza con otro afuera, empieza con la conexión que tenemos con nuestro propio cuerpo. Sexualidad es cuerpo mente y espíritu y comienza observando y dándole un lugar al cuerpo, ¿cómo te estás mirando en las mañanas antes de salir al mundo laboral? ¿antes de salir al trabajo te miras al espejo? ¿te reconoces? ¿te vinculas contigo mismo o estás juzgándote? o ¿ni siquiera te ves? ¿ni siquiera recuerdas cuál fue la última cana que te salió? ¿cuál fue la última pequita que te salió? ¿sabes cómo te sonríes? ¿te conoces?

Comenzar a dar y recibir porque nadie da de lo que no tiene.

La sexualidad consciente desde las constelaciones familiares nos dice, cultiva esa energía en ti, dale un lugar, reconócela en el lugar de importancia que tiene, cultívala en tu ser para que luego puedas entrar en relación con otro y otra.

Muchos seres humanos que llegan a mi consulta siempre están soñando la pareja ideal, entonces me hacen un gran check list de esos atributos y cualidades que esperan en esa pareja y en la sexualidad; hay muchas expectativas, queremos que el otro venga con muchos asuntos resueltos en su sexualidad, pero la pregunta que yo les invito a que nos hagamos es y ¿tú ya te has cultivado para recibir ese ser realmente? o crees que con lo que tienes de ser buena persona (porque no basta ser buena persona para ser buena pareja) necesitamos entender que en una pareja se necesita comunicación y comunicación es sexualidad.

En una pareja se necesita construir intimidad, quien está cerrado, quien tiene miedo, quien no tiene cultivo del amor propio no está disponible para abrirse en el encuentro íntimo, la intimidad es mucho más que desnudarse con otro ser humano, es poder desnudar el alma, poder ser con el otro en libertad y entonces ahí estamos dándole a la sexualidad ese lugar de pertenencia, no la podemos excluir, pero además le estamos dando el lugar de primacía que tiene en el mundo de la pareja, nutriéndola; a través de la energía sexual nosotros nos conectamos con la vida, estamos llenos y llenas de alegría, podemos ser más creativos, fluir e inclusive integrar mejores recursos de conciencia para afrontar también los avatares, las dificultades que nos llegan en la vida de pareja y finalmente ese equilibrio entre el dar y el recibir. Cuando nosotras como mujeres estamos esperando únicamente que nos den y no estamos dispuestas también a dar, generamos desequilibrio en el mundo de la sexualidad porque necesitamos construir una sexualidad también activa, y los hombres, que también tienen esa idea de que como hombres siempre tienen que estar dispuestos o estar ahí respondiendo, también permitirse decir no quiero, estoy cansado, quiero un beso, quiero un apapache, quiero que veamos una película, quiero que nos recostemos y estemos en calma porque eso también es sexualidad dar y recibir y aprender a decir lo que nos gusta.

Esto es clave en las tradiciones de sexualidad consciente o tantra que vienen más de las tradiciones orientales, pero en las investigaciones que he hecho me he dado cuenta que también nuestras comunidades ancestrales en Latinoamérica tienen conocimientos muy bellos sobre esta sexualidad consciente, lo que pasa es que nosotros no lo conocemos, a penas nos estamos interesando por esos saberes, sabidurías milenarias que siempre han estado ahí y que nos permiten estar en equilibrio, en bienestar frente a la sexualidad.

Las constelaciones familiares también vienen a recordarnos que la sexualidad es primero, no la puedes excluir, necesitas generar equilibrio entre el dar y el recibir y cuando tenemos esos tres órdenes integrados y los respetamos en el mundo relacional y en la sexualidad, nuestras parejas van a estar saludables, plenas, vamos a tener recursos para afrontar las dificultades y los avatares normales de la construcción de una pareja y sobre todo, vamos a estar nutriendo una energía que no solamente está al servicio de crear hijos, biológicos, también está el servicio de sanarnos porque el placer sana, también va a estar al servicio de nuestros proyectos, de la creatividad y de la abundancia, Las constelaciones familiares en relación con la sexualidad nos van a recordar pertenencia, la sexualidad pertenece, no la excluyas, jerarquía, la sexualidad es primero, no puedes dejarla al final y equilibrio entre el dar y el recibir, no puedes pretender únicamente estar recibiendo en el mundo de la sexualidad, también tienes que estar dispuesto dar, generar ese equilibrio y así construiremos parejas armónicas llena vida de abundancia y dispuestas también a construir familias sanas, armónicas e hijos felices.

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