Cuando hablamos de la duración de un implante volvemos a recordar que éstos tienen tres (3) partes: una que va dentro del hueso (intraósea) y esa parte si tiene una buena carga funcional (prótesis) puede durar toda la vida y los controles que se hacen a la parte intraósea son netamente radiográficos, ahí podemos ver cuánto es la pérdida ósea en el tiempo.
De ahí para allá vienen otras partes que se ajustan a la intraósea, otros aditamentos que hacen parte de toda la herramienta; esas conexiones son las que en el paso del tiempo pueden ir desgastándose, por ejemplo, las prótesis también se desgastan, se pueden romper, se pueden dañar con el tiempo y son las que tienen que irse cambiando.
Frente a la parte intraósea puede ocurrir que les dé enfermedades tales como la mucositis o la periimplantitis, cuando hablamos de mucositis decimos que es la inflamación de la encía que está alrededor del implante que no necesariamente como en el caso de la gingivitis da pérdida ósea, simplemente se inflama porque ahí se esté quedando comida, el paciente no está haciendo una buena higiene en sus prótesis y se inflama la parte intraósea, a eso hay que ponerle atención, por eso el paciente tiene que estar en consultas regulares, es decir, cada seis (6) meses, cada año, incluso pacientes que tuvieron enfermedad periodontal atrás cada tres (3) meses, para poder estar vigilantes de ese proceso.
La periodontitis es la pérdida ósea alrededor del implante y básicamente está dada porque la prótesis está siendo funcionalmente mal adaptada, tiene una fuerza nociva que se está ejerciendo hacia algún diente o porque el paciente está teniendo bruxismo o fuerzas por algún tipo de hábito que hacen que se pierda el hueso.
Al paciente de implantes hay que mirarlo en definitiva cada seis (6) meses como mínimo.