Dificultades con la alimentación en los niños
Las dificultades en la alimentación están estrechamente relacionadas con las emociones. El niño es un explorador por naturaleza y eso le produce mucha satisfacción y cuando el vínculo que se ha ido construyendo con los alimentos es muy tirante, muy tenso, “es del deber ser”, es que tú tienes que comer, debes comer, debes comer una cantidad determinada ,debes comer unos alimentos que a mí como adulto me parece que tienes que comer, de una manera también como yo creo y también hay algunos que no debes comer porque a mí no me gusta, el niño no va generando una relación abierta, suelta, relajada, consciente con el alimento y tampoco con las sensaciones internas que tiene su cuerpo de saciedad y de hambre. El niño que come un poco amedrentado, esforzado, acelerado, va generando una relación con los alimentos que nos resulta saludable; al que le dejan ver la correa sobre el regazo del cuidador, que es el que le dice “comes o comes” , “comes todo lo que te sirvo” , “esto es lo que lo que deberías comer”, lentamente va a producir un rechazo de algunos alimentos, se pueden volver muy selectivos porque está del otro lado la preocupación y la culpa del cuidador porque no comen de alguna manera como él espera; empiezan a aparecer los licuados, las “salchichitas”, las salchipapas, los paquetes, todos estos mecatos que no son saludables porque “pobrecito, que pesar que no comió”.
La emoción para el niño en su exploración es muy importante para poder sentir lo que su cuerpo necesita, tanto en cantidad como en composición; hay niños que no necesariamente tienen que comer montones de un tipo de alimento en específico, hay algunos que no les gusta la carne prácticamente, pero todo eso lo podemos aprender a llevar para darle un ofrecimiento saludable y que él genere una relación agradable que le permita cuando ya no está con el cuidador, comer y nutrirse muy bien.
– Voy a aprovechar “ayurveda” que significa ciencia de la vida para contarles cómo afecta la nutrición la salud de los niños:
Después de que nacemos, todo lo que vayamos a reparar, reponer, a hacer crecer, a que su función esté bien en nuestro cuerpo, depende de los ingredientes que tiene nuestra alimentación, no hay de otra manera de sacarlo, todo nos va a llegar como nutriente, como fuente de esos repuestos que le vamos a poner a nuestras células a partir de nuestra alimentación. Si un niño no tiene una alimentación (aunque sea completa) que sea equilibrada, suficiente, balanceada y rica, podrá tener deficiencias en diferentes niveles, puede que no lo lleguemos a ver en el estado de “aletargado”, “lento” que parece que está más dormido que despierto, ese sería un escenario extremo, pero podemos ver que es fácil que le den infecciones, están resfriado tras resfriado, de una diarrea en otra, no se mejora bien, no del todo, no crece como se esperaría que creciera y eso va de la mano con que su crecimiento cerebral y su especialización allá en todas las células que componen su cerebro, no se haga bien; afecta profundamente la falta de nutrientes de buena calidad y en cantidad adecuada el desarrollo de todas las inteligencias del niño, eso será de manera relativa dependiendo de la intensidad a la que lo ha venido teniendo.
No quiere decir que el niño “gordito” como les gusta a muchos está bien nutrido, la malnutrición tiene dos lados: el que está desnutrido (el que le falta) y el que está sobrealimentado, pero probablemente además desbalanceado porque esa sobrealimentación no se hace con una dieta equilibrada, se hace principalmente de comidas con altas calorías que provienen de azúcares refinados o de grasas, de fritos, a ese niño le pueden terminar faltando nutrientes o puede dificultarle la absorción de algunos nutrientes de este tipo de dieta que lleva. El que está “rellenito” el que está gordito y que por lo general les gusta mucho, así que es importante lograr el equilibrio, el balance y eso se va a conseguir con unas técnicas muy sencillas, con herramientas muy prácticas. Ha hay una regla que es que si tú ves en tu plato que los colores de los alimentos son distintos y esos colores pueden ir rotando o cambiando a lo largo de los días de la semana es mucho menos probable que tengas un problema nutricional y además se gana la posibilidad de estar abierto a alimentos distintos porque a veces dice “yo tengo de todo” arroz, carne, proteína, grasa, tengo de todo, pero si lo como muy fijo me pasan dos cosas: que a largo plazo me puede faltar algún nutriente o que si no encuentro eso que usualmente me he acostumbrado a comer, le hago el feo a algunas comidas; como dije hace un rato eso puede provenir como de las expectativas que tiene el adulto de que el niño coma esto o no, coma aquello o de esta o aquella forma, pero también puede provenir de un ambiente muy cerrado a unos alimentos fijos muy frecuentemente vistos y otros que no aparecen por ninguna parte, esa regla es muy sencilla, de tener colores distintos en el plato y colores que van cambiando ayuda a que seamos más adaptables a la hora de recibir nuevos alimentos y no produzcamos una fobia o rechazo y mucho más, si el niño ha ido poco a poco introduciéndose a ese mundo divertido de experimentar con los alimentos para hacer sus propias comidas o participar de alguna manera en ellas, llegará la adolescencia que es casi que nuestro punto final para cambiar hábitos saludables en cualquier sentido y mucho más en la nutrición con una habilidad para poder hacer o decidir sobre su propia comida mucho más consciente y saludable.
Junto con las demás cosas que hemos hablado en la alimentación, también es muy importante la consistencia y el tipo de alimento en el desarrollo del niño porque todo esto va a influenciar el desarrollo de su cara, de los músculos del cuello, los músculos de la mandíbula de toda la masticación y también de su cerebro y su cráneo. Aunque no parezca o que nosotros pasemos por encima de eso con facilidad, masticar es un proceso repetitivo y tiene que ver con un movimiento de la lengua, con cosas del paladar, con sensaciones, es un proceso de integración y el niño en la medida en que lentamente va masticando, cada vez más y texturas, va a tener enriquecimiento en el proceso de aprendizaje, del desarrollo de esa cara, de ese cráneo, de todo este sistema lo cual también va a influenciar su lenguaje y en la medida en que el niño va desarrollándose, va creciendo y se concentra más en el proceso de comer también va generando una función en su cerebro que le permite tener procesos, esperar un resultado a través de una serie de acciones previas lo cual es muy importante para su salud mental.
No se va a tragar la vida entero, por decirlo de alguna manera.