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Alimentación consciente

Alimentación consciente

¿En algún momento te has reconocido comiendo de manera inconsciente?

¿Te has reconocido calmando tus emociones a través de la ingesta de algún alimento?

¿Has sentido que tienes falta de control en la forma en que tomas tus alimentos?

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Mindful eating o alimentación consciente?

La alimentación consciente se trata de prestar atención en todas las prácticas de alimentación de nuestro día a día. Esto va desde el momento en que compramos nuestros alimentos, nos disponemos a prepararlos, luego al mismo acto de comer, pero sobre todo al cómo nos sentimos con respecto a cada uno de estos procesos.

¿Cuántas veces te has descubierto tomando tus alimentos de manera inconsciente? mientras estás en el celular, en el computador o ves televisión y es que el afán, el estrés, la rutina, nuestra agenda ajetreada nos hacen embutir nuestro alimento de manera inconsciente, en piloto automático; cuidarnos, cuidar nuestro bienestar también incluye la forma en que nos nutrimos y el significado que le damos a este acto, cuidar a aquello que comemos es destinar un tiempo y una energía para darle un valor y una consciencia al acto de la alimentación, por eso, el mindful eating o la alimentación consciente puede ayudarnos a calmar un poco nuestras emociones, a darnos cuenta de esos pensamientos saboteadores y a disfrutar mucho más de lo que el cuerpo nos pide.

Estas técnicas pueden ayudarnos a tomar conciencia de nuestra hambre emocional que es ese tipo de hambre que se relaciona con lo que experimentamos frente algunas sensaciones o emociones negativas: miedo, rabia, tristeza o incluso aburrimiento. Con estas prácticas nosotros podemos desarrollar la capacidad de responder y no de reaccionar (que es lo que habitualmente hacemos) cuando comemos compulsivamente al estar estresados o desbordados emocionalmente.

¿Quisieras saber cómo implementar esta técnica y cómo aprender sus beneficios haciéndolo de manera sencilla en tu cotidianidad?

Vamos entonces a revisar una pequeña práctica para que te hagas una idea de lo que es el mindful eating o la alimentación consciente. Para esto te recomiendo empezar por elegir un momento del día y un alimento en particular, te sugiero que inicies con un alimento pequeño, puede ser un alimento que tomes en la entre comida o, por ejemplo, el café con el que empiezas tu día o la jornada de la tarde; yo realizo esta práctica después del reposo que le hago a la toma del almuerzo, antes de iniciar mi jornada de la tarde para atender consultantes, además, lo acompaño con un trozo de chocolate oscuro.

Después de haber elegido el momento del día y el alimento con el que quieres hacer la práctica, empezamos por disponernos, para esto no necesitas un gran escenario, ni elementos extras, simplemente debes disponerte a desacelerar un poco y de esta manera favorecer que tu atención pueda dirigirse y mantener un enfoque.

Para favorecer tu disposición y entrar en condiciones de silencio especialmente adentro, te recomiendo que empieces por una práctica de respiración; la respiración va a acompañar todas las técnicas y los ejercicios que te encuentres con el mindfulness y con otras prácticas de autorregulación, este tipo de respiración es especial, no es muy difícil de hacer, pero requiere entrenamiento. Empieza por hacer tres respiraciones profundas.

¿Cómo vamos a hacer esto? es muy sencillo, vas a permitir que el aire entre por tu nariz, que cuando entre desplace, permita que se ensanche toda tu cavidad y puedas inflar tu abdomen como si tuvieras un globito adentro, se hace con impulso y fuerza para atravesar la barrera diafragmática; una vez teniendo ese globito lleno te vas a permitir sentir, conectar con la experiencia, la sensación que tiene el llenarte de oxígeno, vas a entrar en una pequeña pausa, retienes por unos segundos el aire y luego te permites botarlo muy despacio por la boca; para iniciar es importante que lo hagamos por lo menos tres veces.

Puedes profundizar enfocándote en el sabor que tiene el alimento: dulce, salado, ácido, amargo o agrio y al mismo tiempo, trata de reconocer cuál es la sensación o información que tu cuerpo incluso todo tu ser asocia a este tipo de alimento, por ejemplo, muchas veces en nuestra ingesta de piloto automático, cuando comemos por hambre emocional elegimos la glucosa, eso tiene un sentido, nuestro páncreas pide glucosa, harina, carbohidrato o dulce, muy en relación con vacíos emocionales. En este caso, en particular cuando estés degustando el alimento permítete revisar la información que te llega, permite revisar la relación que tú has hecho entre este alimento y tu experiencia, qué sentido, qué significado tiene este alimento para ti, regresa a la sensación de experimentarlo en tu boca, profundiza en prestarle atención, guarda esa información que has recolectado durante esta experiencia y permítete sentirla conscientemente; haciendo esto, habrás hecho una primera práctica de mindful eating o atención a la alimentación o alimentación consciente.

¿Has notado la diferencia entre tomar un alimento bajo el efecto del piloto automático de manera inconsciente, embutido, sin atención mientras hacemos otra cosa y la experiencia de activar y disponer todos tus sentidos para entrar en contacto con el alimento y con la información que trae para ti? Esta es una de las principales prácticas del mindfulness y si quieres profundizar en este tema en particular con las prácticas de atención plena que es lo mismo, te invito a ver el resto de mis contenidos en mi perfil de Tu Salud Guía.

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